Dios desempleado



Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. (Mat 6:33 NTV)

Como en el juego del teléfono, el mensaje dado en el principio es irreconocible en el medio de la cadena y completamente distinto en el final. Algo así hemos hecho tú y yo,  nos hemos vuelto una especie de empresa orgánica, una especie de corporación compuesta de carbono.

Los beneficios, las añadiduras, ese es nuestro fin ahora. Es como si la palabra nos estuviese diciendo: *Busquen los beneficios, el dinero y el placer por encima de todo lo demás y si les queda tiempo lleven una vida justa (siempre que no interfiera con su placer). Ah y si se acuerdan y les queda espacio añadan a Dios (donde no interfiera es mejor) Materialismo 6:66 NTC*.

Hemos reducido al altísimo hasta tal punto que aun al decir ser cristianos vivimos un ateísmo práctico. Tenemos tiempo para matarnos trabajando o estudiando pero si se trata de Dios; pues no tengo tiempo. No puedo.

De manera inconsciente concebimos a Dios como un mendigo que necesita un “like” para sentirse bien, como un anciano que necesita que le visitemos al templo, para cumplir con él de vez en cuando, y en el más ofensivo de los casos Dios es solo aquel que culpo cuando todo sale mal, una construcción social, necesaria en culturas pasadas, pero ya no en el avanzado siglo XXI.

Dios sin mi sigue siendo Dios, yo sin Dios no existo. Dios no necesita que yo le busque, yo lo necesito. Yo no creé a Dios, tú no lo hiciste, la sociedad no lo hizo, y ciertamente Nietzsche no le mató. El ser humano más avanzado ahora (y quizás más arrogante) necesita a Dios tanto como lo hizo en el pasado.

Y es que si buscas primero a tu creador, si buscas primero su reino, y si lo haces de todo corazón le encontraras y ciertamente te evitarás muchos problemas.

La mejor inversión, la mejor decisión, la mejor acción que tú y yo podemos hacer es buscar el reino de Dios. Es bueno trabajar, nos ayuda a sostenernos, es bueno estudiar nos ayuda a mejorar nuestra condición en muchas áreas. Pero si no buscamos a Dios de todo corazón, todos los estudios, todas las buenas obras, y todo el dinero no nos podrá salvar de la condenación eterna.

Es momento de buscar a Dios, es momento de orar y hablar con él como con un amigo querido, de leer su palabra como el más infalible de los consejos y dejar que sea tu amado padre, tu Abba, no andes más como quien se conforma con las migajas busca a Dios, y hazlo de todo corazón.
#Mánager

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