Una prospera quiebra



El carcelero no tenía que vigilarlo, porque Dios ayudaba a José y hacía que todo le saliera bien. (Gén 39:23 BLS)

Digno de una de las mejores obras literarias, es lo que vivió José, aunque quizás el preferiría llamarle “novela de terror”. Pero, desde cierta perspectiva eso era parte del plan, y obviamente esa perspectiva en este punto de la historia solo Dios puede entenderla.

José empezó como el mayordomo en las posesiones de potifar, (un rico y poderoso miembro de la corte del faraón), el Señor estaba con José, por eso tenía éxito en todo mientras servía en la casa de su amo egipcio.

No obstante, llega el problema, o dicho en términos de Dios “El Seminario Prueba de Jehová” su lema es “no son problemas, son oportunidades, enseñanzas y bendición”.

El próspero José se ve ante la situación más incomoda desde su llegada a Egipto, aceptar la petición de la esposa de Potifar o mantenerse íntegro ante Dios. Muchos lo resolverían fácilmente, pero no José, él sabía que acceder seria pecar contra Dios. Su elección, admirable más hoy, que ayer, lo llevó a un interesante lugar, lugar que en la lógica humana, no es para la gente próspera, pero que en el plan de Dios para José, es el lugar perfecto para completar el propósito eterno.

Si calleras en la cárcel sería fácil pensar que Dios se apartó de ti, pero si caes en la cárcel, en la prueba, en las burlas y en tantas cosas más por causa de Cristo, no estás siendo castigado, no estás siendo olvidado por Dios, estas siendo bienaventurado, doblemente dichoso y estás siendo promovido, así como cuando tomas un examen para pasar de nivel.

Cuando conoces tu identidad en Dios, no te importa tanto si eres el segundo al mando del Rey o el segundo al mando del jefe de la cárcel. Cuando conoces tu identidad en Dios sabes que siempre y cuando Dios te guie estás en el mejor lugar, aun no tengas dinero, aun estés preso, aun estés siendo visto como el loco, aunque te vean como el raro, como el fanático, si estás haciendo la voluntad de Dios eres la persona más prospera que puede haber.

Lo mejor que te puede pasar es la voluntad de Dios. Y si la voluntad de Dios es que te vean como raro, loco y anticuado por su causa, aunque parezca que no, estás en el lugar indicado, si eres insultado por guardar la santidad de Dios, estás en el lugar correcto.

Sin embargo, así como con José, la cárcel no es tu destino, es solo un ladrillo en la construcción del edificio, porque si estas dentro de la voluntad de Dios, hay bendición por delante, recompensa celestial y hay mucho más por aprender.


#Mánager

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