Por nada estéis afanosos




“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

Filipenses 4: 6-7

¿Te ha pasado que tienes un problema y te pones a pensar mucho en el problema y no en la solución? A mi si, lo gracioso es que cuando miras de adelante hacia atrás (ósea, desde el problema resuelto hacia el problema sin resolver) te das cuenta que la solución no era tan complicada como pensabas, me ha pasado en exámenes de la universidad también,  que mientras estoy pensando en ellos de camino a tomarlos, me preocupo porque creo que van a ser muy difíciles y cuando los tomo me doy cuenta que cuando pienso en lo difícil que será algo, la preocupación me hace verlo cien veces más grandes de lo que en realidad es.

“Por nada estéis afanosos”

Resulta difícil para nosotros no afanarnos, después de todo hemos sido criados bajo afán, cuando pequeños debemos levantarnos temprano y prepararnos para llegar a tiempo a los centros de estudio, si no cumplimos con nuestras tareas somos castigados con malas calificaciones o muchas veces con burlas, ya cuando somos un poco mas grandes debemos preocuparnos por “ser alguien en la vida” pensar en que carrera elegir, etc. y son todas estas cosas que nos mantienen en una constante presión, la cual nos lleva a afanarnos cada día mas para cumplir con los requisitos de este sistema de vida.

La palabra de Dios nos manda en estos versiculos a no preocuparnos y poner nuestros problemas en las manos del señor, agradeciendo de ante mano, esto si lo hacemos de corazón le demuestra al señor que estamos utilizando nuestra fe, porque estamos tan seguros que el va a resolver eso que nos atormenta, que cuando oramos para presentar ese problema también le agradecemos por resolverlo.

Recientemente estuve investigando sobre la fe, y me di cuenta de que la fe se activa con una palabra, con lo que declaramos y creemos en nuestro corazón, pero esta fe se materializa en nuestras vidas con nuestros actos (Dios no abrió el mar, hasta que el pueblo se mojó los pies, la mujer del flujo de sangre no fue sana hasta que no se movió a tocar a Jesús), hay muchas cosas que el señor te ha prometido y tu fe las ha activado, pero no se han materializado en tu vida porque no has actuado en fe, si creíste pero no actuaste en consecuencia de lo que ya has creído. Creer es el primer paso de la fe no el único, se necesita actuar para ver esa fe materializada en nuestras vidas.

No nos afanemos tanto, utilicemos más la herramienta eficaz que el señor nos dejó para resolver nuestros problemas que es la oración, la cuál nos llevará a conocer que Dios esta en control y esto activará nuestra fe, la cuál a su vez nos impulsará a actuar bajo la dirección del señor, y cuando mires a tu alrededor, verás que ya tus problemas están resueltos y te reirás de ello.

Recuerda, ora, creé y actúa bajo la dirección del señor y verás que todo va a salir bien.

Que Dios te bendiga y la paz del señor que sobrepasa todo entendimiento y su espíritu santo te acompañen hoy, mañana y siempre.


#Maestro

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