El llamado - Capacidad




En escritos anteriores hemos estado hablando sobre el tema del llamado, y sobre las cosas que Dios ha hecho a través de las personas que responden al llamado.

No obstante a eso, podemos vernos tentados a solo ver  los éxitos y las fortalezas de estos hombres de Dios.

Pero no podemos olvidar, algo sumamente importante, y es que Dios gustaba una y otra vez de usar gente que no tenía la capacidad, para una obra determinada, como bien lo diría un autor; Dios gustaba de usar héroes inconcebibles, gente que no podía, con el simple propósito de que toda la gloria sea para él.

Si todavía no has leído coalición y ¿Cómo descubrirlo? Haz click aquí.

Una primera debilidad que quiero tratar es la que vemos en Moisés:

“Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.”
(Éxo 4:10 RV 1960)


            Si consideras que no puedes cumplir el llamado o el propósito de Dios, porque no te es fácil hablar en público, déjame decirte que Dios puso por líder de  un pueblo completo, a un hombre que apenas podía hablar entendiblemente.

            Y no solo eso si no, que a ti como a Moisés, El Señor te dice lo siguiente:


“Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.”
(Éxo 4:11-12 RV 1960)


            Otra debilidad que puede hacerte pensar, que no eres apto, para el llamado es la que vemos, cuando Dios llama a Natanael:


“Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás.”
(Jua 1:50 RV 1960)


            Muchos de nosotros en un momento de la vida, nos vemos acorralados, entre la promesa de Dios y la duda de nuestro corazón. Permíteme decirte que aunque tengas que luchar con la falta de fe, Dios también quiere usarte, y tiene llamado para ti, tal como el caso de Natanael.

            Así como los discípulos la última debilidad a la que deseo referirme es una tan común como peligrosa.


“Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?”
(Mat 26:40 RV 1960)
           

Muchos de nosotros anhelamos ser usados por Dios, cumplir su propósito y ser sal y luz. Sin embargo luchamos con nuestro yo, aquel que sabe necesita a Dios, pero que batalla por sacar un tiempo de comunión con él.
           
            Y esta debilidad se hace un tanto más peligrosa, porque sin oración, somos mucho más débiles en el ámbito espiritual. Pese a esto el Señor nos da palabras de aliento, aunque hayamos fallado multitud de veces en la oración, el nos sigue motivando:


“Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil”.
(Mat 26:41 NTV)

           
            Y por último, sin importar si luchas con una de estas debilidades o con otra, Dios nos da una promesa para cada debilidad y momento difícil en nuestra vida.


“Cada vez él me dijo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí.”
(2Co 12:9 NTV)

#Mánager


Publicar un comentario

0 Comentarios